Sobre el CI y IE de Michelle Obama
Michelle Obama, la ex primera dama estadounidense y esposa de Barack Obama, es una de las mujeres vivas más admiradas. Su estilo personal y su toque son muy refrescantes. Al mismo tiempo, te estarás preguntando, ¿cómo de inteligente es? Bueno, es una pregunta muy interesante, y vamos a responderla examinando tanto su inteligencia general (CI) como su inteligencia emocional (IE).
La ex primera dama nunca se ha sometido a un test de inteligencia o cociente intelectual (mal llamado coeficiente intelectual), al menos que se sepa. Si lo ha hecho en secreto, es un misterio. Así que nadie sabe cuál es su verdadero CI.
Sin embargo, podemos hacer una predicción, y creemos que podemos hacer una muy precisa. Sabemos mucho sobre su vida y muchos de sus éxitos. Su comportamiento en diferentes situaciones también nos dice mucho sobre lo que podría ser su inteligencia. Así que vamos a repasar la vida de Michelle para crear una predicción sólida de su CI y su IE.
Como niña, Michelle ya destacaba
Michelle nació en 1964 en Chicago, en el barrio de South Side. La música formaba parte de su vida cotidiana en casa, ya que su padre reproducía grabaciones de música jazz a todas horas. Incluso su tía le ofrecía clases de piano justo debajo de su habitación. Como era de esperar, Michelle empezó muy joven a aprender a tocar el piano. La profesora pronto se sintió frustrada por mini-Michelle, ya que ésta siempre se esforzaba por hacer mucho más de lo que la profesora le pedía, saltando a niveles más avanzados antes de tiempo. Eso, como veremos, fue un signo de precocidad que en realidad se revelaría como real rápidamente.
La escuela no era en absoluto diferente de la música. Cuando estaba en segundo curso, Michelle se encontró en una clase llena de niños que no tenían tantas ganas de aprender como ella. Después de largos debates con su madre y de hablar con la escuela, la cambiaron a un nivel superior, a tercer grado. Le fue muy bien, y este es probablemente el primer indicio claro de que estaba más dotada intelectualmente de lo que parecía a primera vista. Además, no sólo fue lo suficientemente madura como para reconocer el problema y no dejarse desanimar por otros compañeros, sino que encontró la mejor manera de trabajarlo y obtener el cambio que necesitaba, grandes signos de inteligencia emocional.
En los últimos años de instituto, Michelle tomó clases en el programa para superdotados de su escuela -Whitney Young Magnet High School-, fue elegida tesorera de la clase, y era querida por muchas razones. Académicamente, estaba entre el 10% de las mejores de la clase. Princeton era ya su objetivo. ¿Por qué Princeton? Su hermano mayor ya estudiaba allí, y estaba triunfando con el equipo de baloncesto. Pero su consejero escolar dudaba de que fuera lo suficientemente buena para Princeton. Eso es miopía, ¿no?
Mientras estaba en la escuela, se hizo amiga de la hija de Jesse Jackson, un famoso líder político de Chicago en aquella época. Según cuenta, le disgustaba todo el ambiente político que vivía cuando visitaba a su amiga. Lo siento Michelle, pero el futuro te esperaba con una vida llena de política.
Los años universitarios
Finalmente, fue aceptada en la Universidad de Princeton y se especializó en sociología y estudios afroamericanos. No con cualquier nota, sino que se graduó con cum laude. Según su propio relato, sus primeros meses allí fueron bastante duros. Ser una de las pocas personas negras del campus fue duro, pero se las arregló para salir adelante haciendo amigos y comunidad. Esto nos dice mucho sobre su capacidad para entender sus propias emociones, y ser capaz de actuar de manera que le permita encontrar el ajuste emocional adecuado para ese momento. Otro signo de su elevada inteligencia emocional.
Después de Princeton, fue admitida en la Facultad de Derecho de Harvard. Entrar en la Facultad de Derecho de Harvard es tremendamente difícil. La mayoría de las universidades, pero especialmente Harvard, utilizan pruebas estandarizadas para decidir la admisión. Estas pruebas se correlacionan bastante bien con la inteligencia. Como podrás adivinar, la Facultad de Derecho de Harvard exige los mejores resultados. Así que aquí tenemos otra señal, quizás definitiva, de que Michelle es muy inteligente. Su éxito en dicha facultad de Derecho también lo confirma.
Cuando se graduó, volvió a Chicago y empezó a trabajar en un bufete de abogados llamado Sidley & Austen. En el bufete de abogados es donde conoció a Barack Obama, cuando él era becario. Aunque al principio se resistía mucho a salir con él, esencialmente ella era la persona a cargo, su estilo hawaiano desenfadado y su inteligencia le cautivaron. La pareja comenzó su andadura. Tras la primera cita con helado, el primer beso fue la primera piedra de la relación.
Dejó pronto el bufete de abogados. Probablemente Barack influyó en ella. Ella quería ayudar a la gente. Primero, se convirtió en asistente del alcalde de Chicago. Luego directora de una organización sin ánimo de lucro. En 1992 la pareja se casó y Michelle adoptó un papel orientado a la familia. Muchas veces, cuando una mujera se centra en su familia podemos caer fácilmente en infravalorar el potencial intelectual de la persona.
Primera dama
Barack consiguió ganar un escaño en el Senado de Illinois, algo que muchos le habían animado a intentar. Michelle no quería involucrarse demasiado directamente en la política, pero la persuasión de su marido acabó por convencerla. Le preocupaba que cualquier matrimonio político es duro.
Entre 1999 y 2001 nacieron sus hijas Malia y Sasha. Se dedicó a ellas. Como es lógico, la ausencia de su marido por motivos de trabajo pronto se convirtió en un problema. La pareja empezó a ir a terapia de pareja para solucionar sus conflictos. Esto es una muy buena señal. Todas las parejas tienen algún grado de conflicto. Pero ser capaz de resolverlos es lo que distingue a las parejas fuertes. La capacidad de entender que necesitaban una ayuda adicional para alinearse mejor es una muy buena señal, de nuevo, de una gran inteligencia emocional (IE) tanto de ella como de su marido Barack Obama.
En 2009, Barack Obama se convirtió en el 44º presidente de Estados Unidos. Y Michelle en la primera dama. La Casa Blanca era su nuevo hogar, pero no era precisamente un lugar cálido. Ella trató de hacer todo lo posible por mejorarlo. Por ejemplo, consiguió convencer al servicio secreto para que permitiera a las niñas llevar a sus amigas allí o correr por las escaleras. Era muy consciente de lo difícil que sería para una niña pequeña vivir en una casa así.
Michelle puso en marcha sus propias iniciativas, como la destinada a combatir la obesidad infantil, conocida como programa Let's Move, que buscaba entre otras cosas almuerzos más saludables para los escolares. Pero a Michelle nunca le ha gustado la política. Así que no creemos que los rumores de que se convierta en candidata presidencial lleguen nunca a buen puerto.
Hemos escuchado algunos discursos fantásticos de Michelle, y antes de terminar este repaso a su vida, queremos recordar su frase: "No tengas miedo. Manténte focalizado. Tengan determinación. Ten esperanza. Empoderénse... Lideren dando ejemplo con esperanza, nunca con miedo".
Predicción final
Una vez que tenemos en cuenta todos los indicios de inteligencia de Michelle, sólo podemos llegar a la conclusión de que se encuentra como mínimo en el 1% superior tanto en CI como en IE. Predecimos que su CI está en torno a 140.
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