Las Matrices Progresivas de Raven son uno de los tests de CI más utilizados. Exploraremos los tres tipos diferentes que existen, su historia y sus mejoras, repasaremos algunos ejemplos de preguntas y, por último, sus ventajas e inconvenientes. En menos de diez minutos, tendrás una idea muy clara del perfil de este tipo de test.
Introducción a los Tests de Raven
Aunque generalmente se entiende como una sola prueba, las Matrices de Raven son en realidad tres pruebas diferentes con el mismo tipo de preguntas. El primer test son las Matrices Progresivas Coloreadas (CPM) para niños de cinco a once años. El segundo es el test de las Matrices Progresivas Estándar (SPM) desde los once hasta el final de la edad adulta. Y la tercera son las Matrices Progresivas Avanzadas (APM), que -como su nombre indica- tiene matrices más avanzadas y complejas y está destinada a personas presuntamente muy inteligentes.
Todas las pruebas se componen de un conjunto de preguntas. En cada pregunta, encontrará una matriz cuyos elementos siguen uno o varios patrones. Falta una de las partes de la matriz y hay que completarla seleccionando entre las alternativas presentadas -donde sólo una es la que mejor encaja-.
Por ejemplo, el APM tiene 36 preguntas matriciales, y cada una de ellas ofrece ocho alternativas en cada pregunta. Por lo general, tiene un límite de tiempo de 40 minutos, pero también hay versiones no cronometradas. Las primeras miden más el espectro de la capacidad (no cronometradas), mientras que las versiones sin tiempo miden el rendimiento intelectual y la eficiencia (cronometradas).
Con cada nueva pregunta, la dificultad aumenta, requiriendo "tipos de razonamiento más complejos" hasta que la persona alcanza un umbral en el que cualquier nueva matriz es demasiado difícil de resolver.
Aunque el CPM es una versión coloreada para niños, en realidad los colores no tienen ninguna importancia, ya que no ayudan a resolver los problemas y la única intención al utilizarlos es mantener la motivación alta mientras se realiza la tarea. Estas pruebas basadas en los colores también se utilizan con personas mayores y discapacitadas.
El origen de los tests de Matrices
Todo comenzó en 1939, cuando David Weschler, un psicólogo que trabajaba en el Hospital Psiquiátrico Bellevue de Nueva York, creó un nuevo test de inteligencia a partir de su insatisfacción con el Stanford-Binet. En contra de la creencia común, no innovó tanto, ya que su test era más que nada una selección muy cuidadosa de las diferentes tareas de otros tests disponibles en aquella época (tests del Ejército, Stanford-Binet, etc.).
En 1938, el psicólogo J. Raven creó la primera versión del test, la versión estándar. Siendo un joven psicólogo, ayudaba a su maestro, el prof. Penrose, en la búsqueda de los genes de la inteligencia. La complejidad de los tests existentes en aquel momento dificultaba la investigación y propició el nuevo test inventado por Raven como método para evaluar la inteligencia de forma rápida, sencilla y económica.
La versión para niños (CPM) y la de personas altamente inteligentes (APM) se desarrollaron posteriormente, encontrando su publicación en 1947. También en este año, el test se redujo de 48 a 36 preguntas, ya que se comprobó que muchas de ellas no ayudaban a diferenciar los coeficientes intelectuales. Más adelante aparecerían varias revisiones que mejoraron la validez y publicaron nuevas preguntas.
Para Raven, los tests debían medir la "capacidad de formar comparaciones, razonar por analogía y desarrollar un método lógico de pensamiento, independientemente del conocimiento previamente adquirido". Como hemos visto con otros creadores de tests como Cattell, Raven también intentó crear un test libre de influencias educativas y culturales.
Sin embargo, podríamos tener la tentación de reinterpretarlo con nuestros conocimientos actuales, porque en realidad nunca pensó que el test midiera la inteligencia general, sino que cada problema ponía a prueba un sistema de pensamiento específico.
En su definición, la inteligencia era la capacidad de actuar en cualquier situación con (i) el recuerdo necesario de la información y (ii) la formación de comparaciones y el razonamiento por analogía. Por lo tanto, podemos decir que Raven consideraba que la inteligencia estaba formada por dos componentes. Y por eso midió la inteligencia empleando, además de las matrices, el Test de Vocabulario de Mill Hill. Más tarde, la alta correlación entre el resultado de la inteligencia global y la prueba de las matrices apoyaría el uso de una sola de estas pruebas como una predicción suficientemente buena.
Las preguntas de Matrices
Ahora que ya conoces los aspectos básicos, quizá te preguntes cómo son las preguntas. Veamos las subpruebas que lo componen, agrupadas por su respectivo índice.
Cada pregunta es siempre una matriz rectangular de 3x3 con nueve celdas (a veces 2x2 para las versiones más fáciles). En cada celda hay uno o varios elementos (como círculos, triángulos, flechas,...) y la celda inferior derecha está vacía. Para rellenar la celda vacía, el participante debe elegir entre ocho respuestas posibles.
A partir de la relación entre los diferentes elementos dentro de cada celda y con los elementos de las otras celdas, la persona debe deducir o inferir qué reglas y relaciones existen y, por tanto, qué respuesta rellena mejor la matriz. La respuesta correcta es unívoca, ya que siempre hay una sola relación (o grupo de relaciones) inequívoca que conduce a una sola respuesta posible.
Veamos dos ejemplos básicos antes de sumergirnos en los tipos de razonamientos más comunes que se requieren.
Como podemos ver, cada fila tiene el mismo tipo de elemento. En la primera fila todo son círculos, en la segunda todo son triángulos y en la última hay dos rectángulos. Veamos las alternativas que podemos elegir:
Razonamiento necesario: Por lo tanto, la última celda vacía debe ser del mismo tipo que las otras dos de la fila, que son rectángulos vacíos de cualquier color. Esto deja a A como la única opción posible. Elegir B sería un error, ya que ninguna otra figura está llena de color. A continuación puedes ver cómo resultaría la matriz completa con la respuesta correcta. Veamos la solución:
Ahora veamos un segundo ejemplo, un poco más complejo. Esta vez podemos ver que de nuevo cada fila tiene el mismo tipo de elemento. Pero además, con cada columna más a la derecha, la figura se llena más de color en su interior.
Las alternativas entre las que tenemos que elegir son las siguientes:
Razonamiento necesario: La matriz parece combinar dos reglas. Una es mantener el mismo tipo de figura en cada fila. La segunda, es oscurecer el interior de la figura en cada columna, cada vez más cuanto más a la derecha estén. Eso significa que debemos elegir B, ya que es un rectángulo como las figuras de la fila, pero también es más oscuro que los otros dos, que ya han aparecido en columnas a la izquierda con rellenos más claros. Veamos la solución:
Tipos de razonamiento necesarios
Como ya hemos dicho, a nivel abstracto, el test mide la capacidad de realizar razonamientos tanto deductivos como inductivos. Algunos ejemplos concretos de razonamiento necesarios serían:
- Distinguir similitudes y diferencias en las figuras y comprender cómo afectan a cada celda
- Evaluar la orientación en un campo perceptivo de la figura en relación con ellas y con otras figuras
- Percibir cómo las figuras pueden formar un todo
- Analizar partes de las figuras y distinguir qué elementos importan en cada caso
- Comparar cambios analógos en cada parte de la matriz
No podemos desvelar demasiados patrones y reglas específicas que utilizan los tests sin perjudicar su integridad. Pero podemos mencionar perfectamente algunas de las reglas más básicas que suelen aparecer en los problemas a modo de ejemplo:
- Coherencia: típica de las preguntas infantiles en las que una historia sólo puede tener sentido con un elemento
- Componentes idénticos: cuando un componente debe permanecer igual, como en el ejemplo que vimos anteriormente.
- Patrón continuo: la persona necesita encontrar cuál es el patrón seguido en columnas o filas (por ejemplo, las figuras giran hacia la derecha en cada columna, etc.)
- La aplicación de una operación matemática: como cuando cada columna tiene el doble de elementos.
- Relaciones y combinaciones: por ejemplo, cuando los elementos de diferentes celdas se combinan para formar un elemento más complejo.
A menudo, la solución dada al problema es correcta, pero el razonamiento es erróneo. Puede que la respuesta sea correcta, pero es muy probable que la siguiente pregunta no se resuelva correctamente. Así que, ahora que se mencionan los errores, ¿cuáles son los más comunes al hacer el test? Dos errores comunes son:
- Correlaciones incompletas: cuando la persona no logra desvelar todas las reglas y patrones que están en juego en la matriz. Es común en las preguntas complejas.
- Confluencia de ideas: cuando se deberían haber ignorado detalles irrelevantes pero no se ha hecho. Por ejemplo, utilizar un patrón de tamaño cuando debería haberse ignorado porque sólo afectaba a dos elementos.
Cuándo usar los tests
Las pruebas de Raven se utilizan en entornos educativos, experimentales y clínicos. Sin embargo, su uso debe limitarse a decisiones o contextos en los que no es necesaria una gran precisión y se requiere una prueba sencilla y de bajo coste. Por ejemplo, este test es bastante omnipresente en la investigación psicológica cuando el CI exacto no es el objetivo principal del estudio. Pero no se utiliza para evaluaciones clínicas extensas en las que las decisiones importantes pueden afectar a la vida de una persona.
Dependiendo de la edad, se debe utilizar la versión para niños (CPM) o la versión para adultos (SPM o APM). Es muy típico utilizarlo en el contexto de la educación para tener una predicción básica de la inteligencia del niño. La versión de las Matrices Avanzadas (APM) es, por ejemplo, muy utilizada también en la enseñanza superior.
Validez y fiabilidad
Entonces, ¿es el test robusto? Dos aspectos importantes de una prueba son si es válida y fiable. La fiabilidad indica si un test tiene errores de medición o, en otras palabras, "si se volviera a hacer el test, ¿se obtendría el mismo resultado?". Y la validez nos dice si realmente estamos midiendo la inteligencia. ¿El resultado del test correlaciona con un buen rendimiento académico? ¿Un mejor resultado en el test significa más probabilidades de éxito en la carrera?
En ese sentido, los test de Raven tienen unas fiabilidades bastante buenas que se sitúan en los rangos entre el 80% y el 90% (3), por lo que los errores de medición son pequeños. En cuanto a la validez, una forma muy común de establecer si un test es válido es comparando sus resultados con los de un test más establecido. Pues bien, en comparación con la escala Wechsler, más potente, las correlaciones son bastante buenas en realidad, en torno al 55% y el 70%. Pero no son lo suficientemente buenas como para utilizar los tests con cualquier propósito, como hemos explicado antes.
Versiones abreviadas
Como el test dura 40 minutos, lo que puede ser demasiado largo para algunas circunstancias, los expertos han creado varias versiones abreviadas, que son más cortas y, por tanto, más rápidas de realizar.
Uno de los enfoques (Arthur y Day, 1994) ha consistido en crear un test compuesto por sólo 12 preguntas en 12 minutos (en lugar de 36, es decir, el 33% del test original) seleccionando sólo las preguntas en las que hay un verdadero salto de dificultad.
Sin embargo, algunos psicólogos han criticado este enfoque, ya que la resolución de preguntas más difíciles suele basarse en la resolución de patrones más fáciles de preguntas anteriores. Así que se creó otra versión en la que se entrega a los participantes el conjunto original de preguntas con un límite de tiempo de 20 minutos y una escala de puntuación diferente.
Se ha comprobado que ambas opciones funcionan bien para predecir el CI -aunque, por supuesto, no tan bien como la versión original-.
Puntos fuertes y débiles
En cuanto a sus puntos fuertes, es muy fácil de explicar y bastante rápido de hacer. Esto permite realizar la prueba a grandes grupos sin incurrir en un alto coste y esfuerzo, que es la razón por la que fue creada por Raven en primer lugar. Además, como la prueba tiene muy pocas instrucciones y es completamente no verbal, permite comparar a las personas sin el sesgo de diferentes orígenes y niveles de educación.
Desde un punto de vista negativo, la mayor debilidad es que se centra en la inteligencia fluida, sin evaluar muchas otras capacidades cognitivas. Es cierto que el razonamiento y la inducción sin conocimiento previo es la capacidad más predictiva del CI, pero definitivamente no es una evaluación exhaustiva. Eso explica que la escala Wechsler gane en validez y se utilice para predicciones más precisas, ya que es una batería más larga y global.
Otro punto débil es que, a pesar de ser no verbal, las diferencias de resultados entre países son lo suficientemente fuertes como para justificar la creación de escalas locales con las que comparar. Así que esto pone la hipótesis de estar libre de sesgos culturales parcialmente en entredicho. Parece que los factores socioeconómicos se relacionan de algún modo con un mayor desarrollo cognitivo, quizá a través de una buena nutrición y una mejor salud. Y también hay algunas diferencias entre los ciudadanos rurales y los urbanos, especialmente en países con grandes diferencias entre ambos, como en África.
Conclusión
Como hemos visto, el test de CI de Raven es un poderoso instrumento en la caja de herramientas de cualquier evaluador de inteligencia. Es rápido de hacer, de bajo coste y fácil de administrar. Sin embargo, su uso se limita a los casos en los que sólo se requieren predicciones aproximadas. Dado que sólo evalúa un factor de la inteligencia, la inteligencia fluida, aunque esté altamente correlacionada con la inteligencia global, sigue siendo una evaluación bastante limitada de las capacidades de una persona.